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Cómo cuidar nuestra piel

En verano nos exponemos más al sol, por lo tanto, habrá que tener más cuidado y defendernos del sol. Tenemos que darle más hidratación a nuestro cuerpo y, en especial, a nuestra piel. Consumir frutas de estación, hojas de color verde y hortalizas de todo tipo, éstas deben estar presente en la dieta diaria, porque contienen agua, sales minerales, vitaminas esenciales para la salud y belleza de nuestra piel. Las vitaminas C y E más el celenio, caroteno, flabonoides, aminoácidos, actúan como antioxidantes que retrasan el envejecimiento celular. Éstos elementos, los encontramos en vegetales como zanahorias, cebolla y perejil, frutas, brotes, algas marinas, semillas, cereales integrales, té verde y aceites vegetales. La piel se renueva constantemente, para ese ritmo de crecimiento se requieren ésos nutrientes esenciales. La vitamina A contribuye a renovación cutánea, ayuda a prevenir el cáncer de piel, la vitamina E combate el envejecimiento prematuro, protege y restaura las membranas celulares, el hierro lo encontramos en legumbres, huevos, frutas secas, cereales y verduras verdes. Éstas producen la hemoglobina que le da color a la piel. La algas, el polen y la quinoa son excelentes. La vitamina C favorece a la absorción del hierro y favorece en la síntesis del colágeno, éstos están en los cítricos, tomate, kiwi y frutillas. El azufre actúa en la síntesis de la queratina, se obtiene del huevo, levadura de cerveza, lácteos y cereales integrales. Magnesio, calcio, ácidos grasos, Omega 3 y vitaminas del grupo B aportan salud a toda la piel. Muy importantes son las proteínas de origen vegetal que ayudan a la piel, expuesta al sol (legumbres y frutas secas), pero para que la dieta sea completa, habrá que ingerir al menos, dos litros de agua diariamente para hidratar y eliminar toxinas.

Algunas reglas:
En la mesa deben predominar hortalizas crudas y semillas germinadas.
Deben abundar los jugos de frutas, verduras, infusiones, como el jugo de zanahoria y manzana.
Reducir el consumo de sal y aditivos químicos.
No consumir en lo posible grasas y proteínas animales.
Consumir abundantes fibras de cereales integrales y verduras de hojas.



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