Fragilidad osea

Cuando alguien tiene por primera vez una fractura sin explicación, a cualquier edad, es un síntoma de fragilidad ósea. Si la caía es desde su propia altura, será un traumatismo leve, eso será un factor de riesgo ante futuras fracturas. El resultado de una primera lesión osteoporótica, tiene como consecuencia de dos a cinco veces más posibilidades de que vuelva a ocurrir. El riesgo está condicionado por algunas variables que inciden negativamente. Ellos son: baja ingesta de calcio, tabaquismo, sedentarismo y falta de exposición solar. La expectativa de vida de mujeres con fracturas es menor y una disminución en la calidad de vida. Éstas lesiones provocan mucho dolor y limitaciones en las articulaciones cotidianas. Las fracturas vertebrales osteoporóticas es la más habitual, pero casi 2/3 de los casos no presentan manifestación clínica. El que la padece desconoce su existencia, la fractura vertebral es un factor predictivo hacia nuevas fracturas osteoporóticas especialmente en otras vértebras y cadera. Una de cada cuatro mujeres posmenopáusicas, con osteoporosis, que han tenido fractura vertebral sufrirán una nueva fractura vertebral o en otra zona en un plazo muy corto. En todos los casos se indica un tratamiento farmacológico con antiosteoporóticos y también existen otras opciones terapéuticas que actúan rápidamente y preservan la densidad ósea, y reducen el riesgo de sufrir fracturas. Se suelen indicar suplementos de calcio y vitamina D, pero la prevención comienza en la niñez, adolescencia y juventud. La masa ósea que se adquiere en ése período es factor determinante de sufrir fracturas, es decir, a mayor masa ósea, menor será el riesgo de tener osteoporosis. La sugerencia es en diversos cambios en el estilo de vida: mantener una alimentación equilibrada y variada con frutas, vegetales frescos y alimentos ricos en calcio, hacer actividad física con ejercicios que contribuyan a mantener el equilibrio, la fuerza y la postura, diseñar una casa segura para así reducir el riesgo a las caídas, evitar el uso de alfombras, cables sueltos, iluminar bien todos los ambientes, tener dispositivos de agarre y antideslizantes en baños y escaleras, usar bastones, andadores, protectores de cadera, usar calzado con taco ancho y suela antideslizante que tenga buen apoyo, hacerse controles visuales periódicos, tomar suplementos de calcio y sobre todo, la mejor vitamina D, es el sol.