Para los bebés no hay nada más importante que los primeros tres años de vida. De allí depende el futuro de un individuo. Es allí donde existe una oportunidad única de promover un crecimiento adecuado y prevenir el aumento de peso riesgoso para más tarde. El retraso de crecimiento por causa nutricional se registra, básicamente, como consecuencia de un déficit calórico-proteico o de falta de micronutrientes en la alimentación. No se trata de suministrar más alimentos a los niños para eludir la desnutrición. Cuando el bebé tiene un aumento excesivo de peso, puede que se lo esté condenando a la obesidad y sus riesgos asociados de diabetes y enfermedades cardiovasculares. El crecimiento óptimo no significa crecer de más o de menos, sino lo apropiado para cada persona. Por cada 100 GS de aumento de peso adicional al recomendado, en los primeros 4 meses, crece más de 30% el riesgo de sobrepeso a los 7 años. La talla es muy importante y tal vez, más importante que el peso. La longitud del bebé al nacer, predice la altura en la adultez y ésta, a su vez, permite vislumbrar el riesgo en diversas enfermedades.
El problema no es ser bajo o alto, sino la presencia de deficiencias nutricionales que en la edad temprana del desarrollo impiden crecer y todo esto repercute en la salud, en la capacidad de aprender y la capacidad futura.
El problema no es ser bajo o alto, sino la presencia de deficiencias nutricionales que en la edad temprana del desarrollo impiden crecer y todo esto repercute en la salud, en la capacidad de aprender y la capacidad futura.
