La industria alimenticia se fue metiendo estos últimos años en la vida privada de la mayoría de las personas, practicamente en el mundo entero. La gente va al super y elije sin elegir. Hoy día la mayor parte de la población cree ser libre a la hora de la elección que comer, pero en realidad no es así. La industria alimenticia se basa en publicidad y marketin a través de los medios con publicidad engañosa. Esta industria se basa en la transformación de los alimentos con productos aditivos llenos de grasa, sal y azúcar y a veces el azúcar se lo reemplaza con jarabe de maíz de alta fructosa (mas daño aun) los pueblos tienen hoy en día sus deseos alimenticios moldeados a la oferta de un negocio fabuloso.
El publico no tiene acceso a una información honesta, las etiquetas tienen una información casi indescifrable, para los chicos se ofrecen cajas muy coloridas y con cereales hiperazucarados, las carnes están hiperprocesados con mucha grasa y sal, pero eso si, con formas agradables a la vista. Desde la infancia se bombardea a los niños en los comedores donde se les da lo que a ellos les gusta (en realidad a la industria alimenticia) les sirven jugos sintéticos en ves de agua y postres en lugar de frutas y se lo remata con golosinas y snacks. La industria es muy efectiva en vender por alimentos que no lo son, los niños están instados a consumir estos pseudos alimentos todo el tiempo como entretenimiento, sociabilidad y estatus.
Estos niños se convertirán en adolescentes criados bajo esa cultura, la mayoría llegan con sus cuerpos castigados por efectos de esa mala dieta que satisface pero no nutre. Generalmente ese fenómeno va acompañado por el sedentarismo. Generalmente no hay políticas de estado orientadas a prevenir ese problema de la salud publica. Hay algunos países como ser Chile, Brasil, Uruguay, México, Costa Rica que están orientando con campañas de in educación al consumo de productos frescos. El consumo masivo ya sea para los niños como para los adultos, mayoritariamente es comida chatarra, en muy pocos lugares hay comida real. Gaseosas con hamburguesas, emparedados con salchichas, pizza y papas fritas, ese es el grueso gastronómico. El menú que se ofrece a los niños plantea un futuro poco saludable.
El publico no tiene acceso a una información honesta, las etiquetas tienen una información casi indescifrable, para los chicos se ofrecen cajas muy coloridas y con cereales hiperazucarados, las carnes están hiperprocesados con mucha grasa y sal, pero eso si, con formas agradables a la vista. Desde la infancia se bombardea a los niños en los comedores donde se les da lo que a ellos les gusta (en realidad a la industria alimenticia) les sirven jugos sintéticos en ves de agua y postres en lugar de frutas y se lo remata con golosinas y snacks. La industria es muy efectiva en vender por alimentos que no lo son, los niños están instados a consumir estos pseudos alimentos todo el tiempo como entretenimiento, sociabilidad y estatus.
Estos niños se convertirán en adolescentes criados bajo esa cultura, la mayoría llegan con sus cuerpos castigados por efectos de esa mala dieta que satisface pero no nutre. Generalmente ese fenómeno va acompañado por el sedentarismo. Generalmente no hay políticas de estado orientadas a prevenir ese problema de la salud publica. Hay algunos países como ser Chile, Brasil, Uruguay, México, Costa Rica que están orientando con campañas de in educación al consumo de productos frescos. El consumo masivo ya sea para los niños como para los adultos, mayoritariamente es comida chatarra, en muy pocos lugares hay comida real. Gaseosas con hamburguesas, emparedados con salchichas, pizza y papas fritas, ese es el grueso gastronómico. El menú que se ofrece a los niños plantea un futuro poco saludable.
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